Diariamente, algunos hombres llamaban al tonto al bar donde se reunían y le ofrecían escoger entre dos monedas: una de tamaño grande de 50 centimos y otra de menor tamaño, pero de un euro.
Él siempre tomaba la más grande y menos valiosa, lo que era motivo de risas para todos.
Un día, alguien que observaba al grupo divertirse con el inocente hombre, lo llamó aparte y le preguntó si todavía no había percibido que la moneda de mayor tamaño valía menos y éste le respondió:...
- Lo sé señor, vale la mitad, pero el día que escoja la otra, el juego se acaba y no podré ganar más monedas.
Esta historia podría concluir como una anécdota, pero se pueden sacar algunos aprendizajes:
El primero: Quien parece tonto, no tiene por que serlo.
El segundo: ¿Cuáles son los verdaderos tontos de la historia?
El tercero: Una ambición desmedida puede acabar cortando tu fuente de ingresos.
El cuarto, y puede que el más interesante:
Podemos estar bien, aún cuando los demás no tengan una buena opinión sobre nosotr@s.-'El verdadero inteligente es el que aparenta ser tonto delante de un tonto que se cree inteligente'...
Por lo tanto, lo que importa no es lo que piensan de nosotr@s, sino lo que un@ piensa de sí mism@.

Joan Manel Castillo,
Coach certificado por ASESCO, CPC Num. 11064
Máster en PNL por la AEPNL







































